Jesús Fernández | 22 de Junio de 2023 a las 11:00
La diversificación del riesgo también implica considerar los riesgos complementarios. Estos riesgos se presentan cuando distintos activos o inversiones están influenciados por factores diferentes o tienen una correlación negativa entre sí. Al diversificar en activos con riesgos complementarios, se crea un equilibrio en la cartera y se reducen los riesgos globales.
Por ejemplo, si inviertes únicamente en acciones de compañías tecnológicas, estarías expuesto a los riesgos asociados con ese sector en particular. Sin embargo, al diversificar tu cartera incluyendo inversiones en otros sectores, como energía, salud o bienes raíces, puedes reducir la exposición a riesgos específicos y compensar las fluctuaciones del mercado.
Al combinar activos con riesgos complementarios, se puede lograr una cartera más resistente y capaz de enfrentar una variedad de situaciones adversas.
En resumen, diversificar no solo implica distribuir las inversiones en diferentes activos, sino también considerar los riesgos complementarios. Al hacerlo, se construye una cartera más sólida y se minimizan los riesgos globales al aprovechar las fortalezas individuales de cada inversión.