Alonso Montes de Oca | 1 de Septiembre de 2021 a las 13:16
El fin de semana anterior, la Secretaría de Relaciones Exteriores celebró que México “recibió con los brazos abiertos” al tercer grupo de nacionales de Afganistán para refugiarse de la violencia de su país. El pasado martes 24 de agosto, el canciller Marcelo Ebrard le dio la bienvenida a un grupo de mujeres afganas perteneciente al equipo AfghanDreamersTeam, conocido a nivel internacional por la creación de ventiladores (a partir de partes usadas de autos) para la atención de pacientes con COVID-19.
Sin duda la noticia es de aplaudir, puesto que se ha dado protección a más de 100 personas que huyen por temores fundados de persecución en Afganistán, y se hizo especial énfasis en el grupo de mujeres. Sin embargo, ¿Verdaderamente México es un destino atractivo para los migrantes?
La reciente ocupación de los talibanes en Afganistán ha dado la vuelta por el mundo generando preocupación por la situación en la que viven los ciudadanos, pero particularmente por las nuevas prohibiciones y tratos a los que se deben enfrentar las mujeres de ese país. En los días de la ocupación de Kabul, existen notas periodísticas que describen a los talibanes buscando mujeres como si fueran botín de guerra y posteriormente se habló sobre la prohibición a ciertos trabajos y estudios de cierto nivel para las mujeres por creencias religiosas.
Definitivamente Afganistán vive en una situación que una mujer buscaría evitar, migrando hacia otro país donde los derechos humanos sean protegidos y respetados, por lo que México debería ser un destino viable para estas mujeres… ¿Cierto? Pues resulta algo complicada la respuesta, ya que mientras que México dice proteger los derechos humanos y libertad para todas las personas, la comparación de la violencia contra la mujer es poco favorable. De acuerdo con un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas, en el país del Medio Oriente fueron asesinadas 216 mujeres, mientras que en México se reportaron 1,886 muertes de mujeres con 495 tipificadas como feminicidio durante el primer semestre de 2021. Es importante de cualquier forma guardar la proporción ya que la población de mujeres en Afganistán es de 18.5 millones de mujeres y en México es de 65 millones, por lo que en Afganistán el feminicidio es de 1.16 mujeres por cada 100 mil, mientras que en México es de 0.76.
Patricia Olamendi, quien es defensora de derechos humanos, comentó en una entrevista para Milenio que, aunque en México existen libertades para las mujeres por ley, como estudiar y trabajar sin restricciones, la inseguridad presenta una barrera que impide a muchas mujeres tener acceso a esta libertad.
Independientemente de si México es o no un destino atractivo para personas refugiadas, debe celebrarse que México reciba con los brazos abiertos a estas personas que buscan escapar de la situación de su país. Sin embargo, los elogios terminan cuando vemos lo contradictorio que resulta ser el trato con la ya famosa caravana migrante que pasa por México todos los años. Durante el fin de semana circuló en redes sociales un video donde elementos de la Guardia Nacional y del Instituto de Migración Nacional agredieron a migrantes centroamericanos y haitianos que buscaban llegar a la frontera norte del país. Todos los años esta caravana migrante comienza como consecuencia de las largas esperas para que la autoridad mexicana resuelva la situación legal de los extranjeros en el país que muy probablemente reúnen calidad de refugiados.
Santiago Corcuera es profesor de Derechos Humanos y Desapariciones Forzadas por la Universidad Iberoamericana, así como expresidente y ex integrante del Grupo de Trabajo y del Comité contra desapariciones forzadas de la ONU (Organización de las Naciones Unidas). Como el experto en derechos humanos que es, Santiago comenta que: “Así como recibimos refugiados afganos deberíamos de recibir hondureños, guatemaltecos y haitianos; no solamente a los desplazados de Afganistán porque parece redituable [para la imagen internacional del gobierno mexicano].” Santiago calificó como una medida hipócrita explotar el rédito político, ya que también debería procurarse la protección a los demás.
“Es importante aludir al principio de Ius Cogens de “no devolución”, ya que corren igual de peligro en su país los centroamericanos que los afganos. México debería volver a adquirir su tradición humanitaria como la tuvo en su momento con españoles, chilenos y los guatemaltecos durante la década de los 80s, pero realmente no se está haciendo.” comentó Santiago sobre el actual trato a los centroamericanos. No obstante, aplaudió rotundamente la actuación del gobierno mexicano en recibir a los refugiados de Afganistán.
En conclusión, México hace lo correcto al recibir personas refugiadas de Afganistán, sin embargo, queda mucho camino por recorrer y esfuerzos por llevarse a cabo. La situación de violencia que se vive en el país es preocupante y debe ser un factor primordial por resolverse. De igual forma esperemos que la postura que toma México con las personas refugiadas afganas sea el comienzo de una nueva política pública para acoger a todos los demás refugiados. Con apoyo de organizaciones como la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y el Servicio Nacional de Empleo (SNE) entre otras, es posible darle a la bienvenida a todas las personas que solicitan ser conocidas como refugiadas. Hay mucho que hacer, pero podríamos empezar por crear un ánimo de aceptación a las personas refugiadas y dejar de criticar el fondeo privado internacional a estas organizaciones…